IMPACTOS DE LA
HORTICULTURA Y FRUTICULTURA ORGÁNICA EN MÉXICO
INTRODUCCIÓN
Autosuficiencia alimentaria
De
acuerdo con la FAO (1999), por autosuficiencia alimentaria se entiende el grado
de que un país puede satisfacer sus
necesidades alimentarias con su propia producción, la autosuficiencia
suele medirse por la tasa de autoabastecimiento, es decir el grado de
contribución de la producción nacional al consumo interno total.
La
autosuficiencia tiene la ventaja de ahorrar divisas para la adquisición de
productos que no se pueden producir en el propio país, además lo hace
independiente de las variaciones de los precios y las oscilaciones de la oferta
del mercado internacional.
Seguridad alimentaria
El
sector agrícola es un pilar en la economía y el desarrollo de un país, según
FAO (2011), la seguridad alimentaria se da cuando todas las personas tienen
acceso, físico social y económico permanente a alimentos seguros, nutritivos y
en cantidad suficiente para satisfacer sus requerimientos nutricionales y
preferencias alimentarias, y así poder llevar una vida activa y saludable.
En
2012, México no garantizó que su población tuviera acceso a alimentación y
ningún municipio estuvo exento de pobreza alimentaria. Además de acuerdo con
Ayala et al (2011), México no tiene
la capacidad para enfrentar la competencia a nivel mundial y no ha sido eficiente
para exportar y vender a los mercados externos de una manera constante y
creciente, a diferencia de sus importaciones que han crecido a una tasa mayor,
la habilidad para, crear, producir y distribuir productos agropecuarios en el
sector internacional no ha llegado a las expectativas esperadas, las
importaciones han sido mayores que las exportaciones, por lo que México pierde
cada día una mayor seguridad alimentaria en el contexto internacional.
Soberanía alimentaria
La
soberanía alimentaria se entiende como el derecho de los pueblos a definir sus
propias políticas y estrategias sustentables de producción, distribución y
consumo de alimentos que garanticen el derecho a la alimentación para toda la
población, en base en la pequeña y mediana producción, respetando sus propias
culturas y la diversidad de los modos campesinos, pesqueros e indígenas de
producción agropecuaria, de comercialización y gestión de los espacios rurales,
en los cuales la mujer desempeña un papel fundamental.
Significa
recuperar o no dejar perder las capacidades y prácticas productivas adaptadas a
los distintos nichos agroecológicos del territorio y que son del conocimiento
de los agentes económicos presentes en cada punto del territorio, fundamentalmente de los productores
familiares.
La
soberanía alimentaria de los pueblos reconoce una agricultura con campesinos,
indígenas y comunidades pesqueras, vinculada al territorio; primordialmente
enfocada a la satisfacción de las necesidades de los mercados locales y
nacionales; una agricultura que tome como preocupación central al ser humano;
que preserve, valore y fomente la multifuncionalidad de los modos campesinos e indígenas de
producción y gestión del territorio rural, la soberanía alimentaria supone el
reconocimiento y valoración de las ventajas económicas, sociales, ambientales y
culturales para los países a pequeña escala, de las agriculturas familiares, de
las agriculturas campesinas e indígenas.
Pobreza Rural en México
Para
el 2012 se estimó que la población en pobreza alimentaria corresponde al 19.7%
de la población del total del país, lo que significa que más de 4 millones
novecientos mil hogares no cuenta con el ingreso suficiente para comprar lo
bienes de la canasta básica.
De
acuerdo a datos recientes del consejo nacional para la evaluación
(Coneval)(2013) entre 2010 y 2012 aumento la pobreza en el país al pasar de
52.8 millones a 53.3 millones de personas . Además 40.7 millones de habitantes
son vulnerables y podrían caer en la pobreza ya sea por tener ingresos bajos o
no tener acceso a la educación, salud, vivienda o seguridad social.
En
2010, la población vulnerable fue de
38.8 millones de personas, 1.9 millones menos de personas que en el 2012.
En
estos dos años, la pobreza alimentaria afecto 23.1 millones de personas en
comparación con los 21.5 millones de habitantes en 2010; medida sólo por
ingreso; en tanto que la pobreza de capacidades- quienes no pueden cubrir con
todas sus necesidades, aumentó a 32.9 millones, 2.4 millones de personas más.
Según
el Coneval, entre 2010 y 2012 aumentó la población cuyos ingresos estuvieron
por debajo de la línea de bienestar, situada en $1125 por persona al mes en
zonas urbanas y en $800 en zonas
rurales. Según el reporte de los estados con mayor pobreza son: Chiapas con
74%, Guerrero con 69%, Puebla con 64% y
Oaxaca con 61%.
Políticas públicas
Dentro
de la ley del artículo 178, el gobierno
mexicano menciona que el estado establecerá las medidas para procurar el abasto
de alimentos y productos básicos y estratégicos a la población, promoviendo su
acceso a los grupos sociales menos favorecidos y dando prioridad a la producción nacional, además, deberá
conducir su política agropecuaria a todos los programas y acciones para el
fomento productivo y el desarrollo rural sustentable, así como que los acuerdos
internacionales propicien la inocuidad, seguridad y soberanía alimentaria
mediante la producción y abasto de productos estratégicos.
Cambio climático
América Latina ya está sufriendo los
efectos directos del calentamiento global, con sequías, deshielos, inundaciones
y fenómenos climáticos extremos. Todo esto repercutirá gravemente en la
agricultura, la seguridad alimentaria, el abastecimiento de agua, la salud
pública, la calidad de vida y de los ecosistemas. Parece fundamental entonces
tomar más en serio: i) las inversiones en eficiencia energética y en energías
renovables no convencionales, ii) contener la deforestación, particularmente en
las selvas tropicales y iii) gestionar adecuadamente los cultivos de
biocombustible para evitar la desertificación y el daño a la biodiversidad. Por
último, el desafío radica en ir gestando un modelo de producción y consumo más
sostenible, caracterizado por energías limpias y empleos verdes (CEPAL, 2013).
El
cambio climático y su manifestación más notoria, el calentamiento global, serán
crecientemente un marco obligado en el cual se desarrollarán las actividades
humanas y los intercambios económicos en las próximas décadas. Las emisiones de
gases de efecto invernadero (GEI), generadas en parte importante por la
actividad humana, contribuyen de manera muy significativa al cambio climático
(CEPAL, 2013).
El
cambio climático acontecido durante las últimas décadas ha derivado en un
calentamiento global, término referido generalmente al aumento gradual de las
temperaturas en el planeta. Ello es resultado de la acumulación de gases
atrapados en la atmósfera, lo que se denomina efecto invernadero. Estos gases
de efecto invernadero (GEI) absorben la radiación que emite la Tierra y atrapan
el calor, impidiendo que la energía se traslade al espacio. Los GEI permanecen
en la atmósfera durante mucho tiempo, por lo que se prevee que el cambio
climático seguirá afectando a los sistemas naturales del planeta durante varios
siglos, aun cuando las emisiones de dichos gases se redujeran considerablemente
en el futuro próximo (CEPAL, 2013).
Las principales fuentes de emisiones
de GEI a nivel mundial se concentran en la generación de electricidad,
manufactura y construcción, transporte, quema de otros combustibles y emisiones
fugitivas, con un 71% del total. Luego viene el sector agropecuario con un 13%
y las emisiones netas ocasionadas por el cambio de uso del suelo con 6% (CEPAL, 2013).
A nivel de cultivos, el impacto del
cambio climático varía según el producto. En algunos países o regiones se
pueden presentar ganancias temporales para algunos sectores, al poder cultivar
especies en lugares antes no aptos, producto de los aumentos de la temperatura.
Sin embargo, estas ganancias no compensarían las importantes pérdidas que se
experimentarían en otros sectores. Por ejemplo, los cultivos de arroz, cacao,
café y caña de azúcar podrían verse seriamente afectados por la falta de agua (CEPAL, 2013).
La
agricultura representa aproximadamente el 15% de las emisiones mundiales de GEI,
los principales son el óxido nitroso (46%) y el metano (45%) y sus principales
fuentes están relacionadas con el uso de abonos y fertilizantes, la gestión del
estiércol y el cambio de uso de suelo (CEPAL, 2013).
Los
consumidores cada vez se muestran más interesados por el impacto que tienen en
el cambio climático sus decisiones de compra, y cada vez demandan más
información al respecto de actividades tales como la producción, el
procesamiento, el transporte y el consumo de sus productos, y la eliminación de
los residuos. Todo ello incluye una demanda cada vez mayor de información a sus
proveedores (ITC, 2012).
Agricultura
orgánica
Principios básicos de la agricultura orgánica
1.
Producir alimentos en suficiente cantidad y de alta calidad alimenticia.
2. Interactuar
con todos los sistemas naturales de forma constructiva y promotora de vida.
3.
Promover y mejorar los ciclos biológicos en el sistema productivo de la finca,
involucrando microorganismos, la flora y la fauna del suelo, animales y
plantas.
4.
Mantener y aumentar la fertilidad de los suelos en el largo plazo.
5.
Promover el uso adecuado de las aguas, las fuentes de agua y las formas de vida
en ella.
6.
Promover la conservación del agua y del suelo.
7.
Usar, en lo posible, fuentes de energía renovables para los sistemas
productivos.
8.
Trabajar, en lo posible, en sistemas productivos cerrados con respecto a la
materia orgánica y nutrimentos.
9.
Trabajar, en lo posible, con materiales y sustancias reutilizables o
reciclables en la finca o en otro lugar.
10.
Criar los animales de una forma que permita un comportamiento similar al
natural.
11.
Minimizar o evitar todas las formas de contaminación resultantes de la
actividad agrícola.
12.
Mantener la diversidad genética de los sistemas agrícolas y sus alrededores,
incluyendo la protección de las plantas y la vida silvestre.
13.
Toda persona que trabaje o esté involucrada con la producción y procesamiento
de alimentos orgánicos, debe tener una cualidad de vida que cubra sus
necesidades básicas, obtener una remuneración económica y una satisfacción
adecuada por su trabajo, incluyendo un lugar de trabajo seguro.
14.
Considerar el impacto social y ecológico de las fincas.
15.
Promover una cadena de producción completamente orgánica,
socialmente justa y económicamente responsable.
Exportación:
Normas
para la exportación
En México, el 85% de los productos orgánicos se
exportan a países como Estados Unidos, La Comunidad Europea, Japón, Australia,
por mencionar a algunos, y el consumo nacional de productos orgánicos es muy
bajo. La exportación de productos requiere de muchos pasos y gasto de energía.
Los productores y exportadores de frutas y
verduras orgánicas que tratan de vender sus productos en países desarrollados
que han aprobado normas y reglamentos orgánicos tendrán que cumplir con las
normas establecidas por el país importador interesado. En los Estados Unidos,
Japón y los países de la CE, los mayores mercados de productos orgánicos, las
normas que se aplican a la producción orgánica interna valen también para los
productos orgánicos importados. Existen reglamentos detallados que regulan la
producción, importación, comercialización y etiquetado de los productos
orgánicos (De la Vega, 2015).
En Estados
Unidos el reglamento para los sistemas de producción orgánica quedó establecido
en el Programa Nacional de Orgánicos (NOP) (National Organic Program) del
Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) (United States Department
of Agriculture), en Japón a través de los Estándares Agrícolas Japoneses (JAS)
(Japan Agriculture Standards) del Ministerio de Agricultura Bosques y Pesca
(MAFF) (Ministry of Agriculture Forests and Fisheries), y en la Unión Europea
mediante los estándares de la Comunidad Económica Europea (EEC) (European
Economic Community) (De la Vega, 2015).
Requisitos de
importación de los mercados principales, según FAO (2013):
Además de los requisitos que cada país establece para recibir
productos, las frutas y verduras orgánicas destinadas a
la exportación deben cumplir con los requisitos los cuales deben cumplir todas
las frutas y verduras frescas, sean orgánicas o convencionales.
Certificación fitosanitaria
Los requisitos de importación dependen tanto del producto como del
país de origen. En general, todas las expediciones de frutas y verduras deben
ir acompañadas de un certificado fitosanitario emitido por un funcionario del
país exportador. Dicho funcionario podrá determinar si la fruta o verdura
particular puede exportarse al país de destino y cuáles son los requisitos fitosanitarios
que deben cumplirse.
Normas relativas a la categoría y calidad
Las frutas y verduras exportadas a la CE, Japón o los Estados
Unidos deben cumplir requisitos de importación relativos a la dimensión,
categoría, calidad y maduración. La autoridad pertinente del país debe emitir
un certificado basado en la inspección en el cual se indique el cumplimiento de
las normas.
Plaguicidas y otros contaminantes
La mayoría de los países desarrollados ha establecido normas sobre
las tolerancias de plaguicidas, herbicidas y fungicidas utilizados en la
producción y tratamiento (por ejemplo, fumigación) de los productos agrícolas.
Estos países han establecido límites máximos de residuos, conocidos comúnmente
como LMR. Como la agricultura orgánica prohíbe el uso de la mayoría de los
plaguicidas sintéticos, es muy improbable que los productores de frutas y
verduras frescas orgánicas excedan de esos LMR.
CONSLUSIÓNES
Conclusiones
La h y f
orgánica no ha sido suficiente para llagar a la seguridad alimentaria
El proceso de
exportación de los productos mexicanos no ha sido un camino a la disminución de
gases de efecto invernadero ya que por transporte se tiene similar aporte de
GIE a la atmosfera qe por el transporte de insumos químicos a nuestro país, sin
embargo se ve menos afectado por que los residuo tóxicos no están presentes en
nuestro país y se genera una mejor economía y beneficia su salud por el no uso
de insumos de síntesis químicos
El desarrollo
sustentable se basa en el beneficio, social, económico y ambiental, en el cso
de México la AO beneficia la economía de
los productores y disminuye en cierta medida la contaminación por insumos de
síntesis química mas si embargo por el alto costo no beneficia a la sociedad
mexicana.
La demanda ha
originado precios altos en los productos orgánicos ya que, aunque existen
productos con costos de producción menores a los convencionales, los
productores prefieren vender al mercado que pague más.
La falta de
información y el no poder cometir con la adquisición de productos de tal
calidad ha hecho que las personas visualicen pro org fuera del alcance mucho de
ello por el baj poder adquisitivo de los mexicanos
la Ao podría
aporar al desarrollo sutntable si las ganancias de los campesinos fueran justas
al disminuir el uso de insumos de síntesis química y sustituirlos por insumos
locales de fuentes más económicas y naturales,
para dar al mercado productos con precios al alcance de los
mexicanos.
LITERATURA CITADA
Centro
de Comercio Internacional, (2012). Norma de la huella de carbono de productos
agrícolas. Documento técnico. 3-5 pp. Recuperado el 01 de junio de 2015 de
Comisión
Económica Para América Latina y el Caribe, (2013). Huella de carbono,
exportaciones y estrategias empresariales frente al cambio climático. Copyright
© Naciones Unidas, Santiago de Chile. Recuperado el 01 de junio de 2015 de http://www10.iadb.org/intal/intalcdi/PE/2013/13146.pdf.
De la Vega, J. 2015. Agricultura y ganadería orgánica. Consultado
en: http://www.gestiopolis.com/agricultura-ganaderia-organica/. 01/06/15
FAO.
2013. Capítulo 1: requisitos para producir y
exportar productos orgánicos a los principales mercados. Consultado en: http://www.fao.org/docrep/004/y1669s/y1669s04.htm. 01/06/15.
FAO,
(2010). El desarrollo sostenible.
Depósitos de documentos de la FAO. Departamento de Montes. Recuperado el 01 de
junio de 2015 de http://www.fao.org/docrep/x5600s/x5600s05.htm.
Ayala,
G.A.V.,Sangerman-J.,D.M.,Schwentesius, R.R., Almaguer, V.G.J y Jolalpa, B,J,L.
(2011).” Determinación de la competitividad del sector agropecuario en México ,
1980-2009”.,Revista Mexicana de ciencias
agrícolas .2(4);5.0-514.
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